El cambio climático desde la mirada de Matías Sarlo
En sus orígenes la muestra llevó el nombre El Periodismo Gráfico Argentino, marcando un claro posicionamiento con respecto a lo que sus trabajadores creían que debía ser el oficio. No era para menos, la primera edición se realizó en plena Dictadura Militar y las fotos que la conformaron habían quedado fuera de las páginas de los grandes medios nacionales. Según Alejandro Belvedere, presidente de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina y representante por la misma en el Comité Editor, “todos los años intentamos recordar esta historia porque justamente sus inicios no fueron sencillos. La muestra fue una estrategia para franquear el cerco informativo que ponía la dictadura. Fueron los reporteros los que decidieron organizarse para exponer ese material y hasta el día de hoy nunca más se paró. Con el mismo espíritu nos juntamos los reporteros de todo el país año tras año y hacemos una selección del anterior sin requerir que los trabajos estén publicados. Justamente por eso creemos que la exposición es una buena oportunidad para ver los laburos que en los medios por alguna razón no quieren mostrar y los reporteros gráficos guardan”.
Además del material inédito, la exposición permite acercarse a la lectura que los fotoperiodistas hacen sobre la agenda de los medios y es en las disidencias con la misma donde se ven temáticas importantes que se buscan silenciar. Belvedere dice al respecto: “No necesariamente las notas que se publican en los medios son las que nosotros creemos que deberían llegar a la gente. Entonces esto es una oportunidad para mostrar los temas que nos interesan. Por ejemplo este año hay muchas imágenes sobre cambio climático, hay una mirada de los fotoperiodistas sobre qué pasa con los desmontes, con las plantaciones de soja una vez que se levantan, con los deshielos. No sólo en la Argentina sino internacionalmente: terremoto de Chile, terremoto de Haití. La inquietud de los fotógrafos venía por ese lado y por supuesto ese es el afiche de la muestra”.
Aunque por gusto personal, Belvedere elige “un poco por influencia del mundial, la de la palomita de Maradona el día de la clasificación agónica con Perú. Esa imagen de Maradona tirándose al agua tras el gol de Palermo, tiene mucha repercusión popular”.
Tanto al momento de la Selección como en su posterior apertura al público, la voluntad de la Muestra es alcanzar un verdadero carácter federal. “Hay mucha participación del interior del país. Este año recibimos 2000 fotografías y para tener una visión más amplia sobre los trabajos de los colegas el Comité Editor, esta conformado también por fotógrafos del interior. Es una selección difícil, porque todos los socios son fotógrafos profesionales. Pero al elegir, se trata de combinar lo periodístico con lo estético”. Además, Belvedere plantea que “es una muestra con voluntad itinerante, con intención de romper el circuito cultural marcado por la General Paz. El Palais de Glace es un lugar hermoso, luminoso, muy lindo para mostrar las imágenes pero creemos que trabajamos para la gente y es preciso llevar las imágenes a donde la gente vive”.
La totalidad de la exposición permite a los visitantes reconocerse y refrescar su propia historia reciente, muchas veces sepultada por la sobreabundancia de información. Pero al mismo tiempo plantea las principales problemáticas del oficio a partir de dos charlas previstas.
La primera de ellas se realizará este miércoles y se titula “Fotoperiodismo y Derecho de Autor”, mientras que el miércoles 28 de julio se reflexionará sobre “Cómo inciden los avances tecnológicos en el ejercicio del fotoperiodismo”. Según Alejandro Belvedere ambas temáticas están vinculadas: “No sólo porque las fotos por lo general no están firmadas en los medios gráficos sino que nosotros lo que estamos pidiendo es que se amplíe el Art. 34 de la Ley de Derecho de Autor para que nos equiparen con el resto de las artes. Por ejemplo, la pintura que tiene una protección 70 años post mortem y la fotografía tan sólo de 20 años después de sacada. Lo que nosotros estamos pidiendo es que se iguale esa protección”.
Con respecto a la incumbencia de los avances tecnológicos en la propiedad de las fotografías, Belvedere hace especial hincapié en que “la autoría es siempre de quien la realiza a pesar que el tratamiento económico le pertenece a la empresa para la que uno trabaja porque es la que en definitva paga para que realice el trabajo. Lo que nunca pueden desconocer es el nombre. Lo que estamos tratando de hacer es evitar que el trabajo que uno hace para un medio en particular y por el cual cobra específicamente, sea usado para todos los medios de un multimedios, por ejemplo. Porque uno gana sólo la primera vez. Creemos que más adelante eso también tendría que cambiar”.
Originalmente publicado en Diario Diagonales
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