domingo, 29 de agosto de 2010

Nota a Daniel Santoro

Entre otras tantas cosas catalógo a ciertas personas como "comedores de rúcula" y me conquistó.

domingo, 1 de agosto de 2010

Museo y Galería Fotográfica (19 y 51)

“Quería mostrar la belleza en la muerte”

Por Daniela Camezzana /  Hasta el 20 de agosto se puede ver Momentito por favor, estamos practicando

El pasado 23 de julio se inauguró en el MUGAFO (Centro Cultural Islas Malvinas, 19 y 51) la muestra fotográfica Momentito por favor, estamos practicando, en la que Julia Algañaras le propuso a 17 personas que eligieran un recuerdo para ejemplificar su vida y fantasearan con su muerte ideal.  La propuesta de por sí  impactante, dio como resultado 34 fotografías y la promesa de ir por más, en un juego que la propia autora entiende como un rito de preparación “para cuando la muerte vengan a buscarlos”.
–¿Cómo se le ocurrió trabajar con ese tema ?
–Porque siempre, desde muy chica, tuve una relación particular con el hecho de la muerte. Sentí la necesidad de canalizar la impotencia de lo inevitable de la llegada de la muerte. Lo que más me perseguía es la idea del cuerpo con vida y sin vida. Y finalmente porque me preguntaba por qué ponemos la muerte en un lugar extraño, como si no fuese parte de la vida. Luego se me ocurrió hacer un resumen en dos imágenes de lo que fuimos (en vida) y de lo que somos hoy (en la muerte).
–¿Y cómo eligió el título?
–El título se refiere a la intención del trabajo y en un punto es un poco humorístico. Quiere decir que todos los que están en las fotos están practicando para su muerte y que cuando ella venga a buscarlos van a saber bien qué hacer o van a poder excusarse diciendo “momentito por favor, estamos practicando”
–¿Piensa seguir trabajando sobre  el tema?
–Siempre y cuando encuentre gente con ganas de morirse por un rato y siga siendo un trabajo divertido para hacer.
–¿Cuál es la reacción de la gente ante la muestra?
–Tenía un poco de miedo a que sea mal interpretado pero la verdad es que a la mayoría les pareció una buena idea y les gustaron las fotos. Es más se imaginan su propia foto, su muerte.
–¿Todas las personas a las que le ofreció ser modelo se animaron?
–Me costaba un poco plantear la idea porque en principio todo el mundo se opone . Después de aclarar las intenciones, se entusiasmaron y lo interesante es que cada uno pensó su propia muerte y yo sólo lo ajusté a la fotografía. A mí me encantó hacer las fotos de "vivo" porque es el desafío de hacer un retrato natural,  resuelto en pocos minutos. El que más me gusta es el de Luciana Lurbet, que quiso estar ahogada. Me impresiona lo hermosa que quedó esa foto, muestra belleza en la muerte.
–¿A la hora de componer le puso algún límite?
–Límites no, pero elegí que todas las fotos que hablan de la vida sean en blanco y negro porque representan un pasado. Las fotos de la muerte son todas color tomadas desde arriba y el retratado está acostado.
–¿Hace cuánto se dedica a la fotografía?
–Hace casi 10 años pero recién ahora pude empezar a expresarme a través de las imágenes. Nunca fui una compulsiva del disparador, no me gusta sacar fotos en las fiestas familiares. Sin embargo, la fotografía es lo único que quiero hacer para toda la vida y eso lo supe desde que empecé a conocerla.
Originalmente publicado en Diario Diagonales. 01.08.10
Verónica Pastuszuk, dibujante

“Improvisar me permite apropiarme de ciertas señales y usarlas a mi favor”

Daniela Camezzana /  Parte de sus trabajos ilustran el flamante CD Supendida, de Fer López Camelo


En un comienzo, los personajes se asomaron tímidamente, en blanco y negro acompañados de palabras. En dos años, se despojaron de texto y quedaron sumidos en las tempestades dando testimonio  solos con su propio cuerpo. En los dibujos de la platense Verónica Pastuszuk, los personajes no se explican sino que montan una escena que habla por ellos.
Pastuszuk explicó que cuando dibuja “es como alejarse un rato del planeta y ver que pasa. Tengo muchos temas, pero los recurrentes son esos espacios infinitos: el cielo, la ciudad, el mar, habitados por gente en miniatura haciendo de las suyas”. Frente a esto, el espectador tiene la sensación de asomarse al mundo de estos personajes.
La relación con estos seres nace casi al mismo tiempo que la vocación por el dibujo. Aunque como aclara esta artista: “Siendo dibujar lo primero que aprendemos, se vuelve también lo primero que abandonamos. En mi caso, lo dejé de lado hasta la adolescencia. Empecé haciendo unas historietas muy pequeñas, cuadritos de 4 por 4 que llenaba minuciosamente de unos seres en miniatura que pensaban y decían bastantes cosas. Son los mismos de ahora,  sólo que los he liberado de la cápsula y cuentan más de lo que dicen”.
Durante un tiempo, la vocación por el dibujo se camufló en la arquitectura, carrera que estudió y desempeña. Según Pastuszuk el ejercicio de esta profesión: “Me ha dado cierta familiaridad con el papel en blanco, con los lápices, horas de tablero. Alguien dijo que la arquitectura es el arte de dibujar lo materialmente posible de construir y el dibujo te saca esa presión, te permite construir mundos ideales, donde los hombres vuelan, se rompen y vuelven a volar. Hace unos años rescaté mi cuaderno de primer grado y en una tarea nos preguntaban que queríamos ser de grandes, yo escribí: pintora de cuadros. Ya soy bastante grande y de todas las cosas que he hecho esto es lo que más alegría me da. Creo que la niña tenía mucha razón”.
A pesar de la familiaridad con la hoja en blanco, la relación con la exposición llevó mucho más tiempo. Pastuszuk recién comenzó a mostrar sus trabajos en el 2008 a partir del blog dibujada.blogspot.com. “Definitivamente mi relación con el mostrar y mi organización nació a partir del combo escáner y blog”.
“A partir de que lo armé cuelgo los trabajos, se ordenan por fecha, por tema y tengo una idea más global de lo que voy haciendo. Además de exponerlos a la mirada y los comentarios de los otros porque antes de eso había mostrado muy poco, los dibujos terminaban muy bien guardados en una caja o perdidos en alguna mudanza”.

Lejos de quedar olvidados, el año pasado los personajes pasaron del mundo virtual al Galpón de Equipajes y Encomiendas, en el barrio de Meridiano V, cuando invitada por Esteban Rodríguez para participar de la presentación de su libro Por los caminos del rock, preparó una proyección con sus trabajos. Sobre aquella experiencia recordó la artista: “Fue muy groso acompañar a Esteban. Recuerdo que me pasó el archivo del libro por mail y lo leí esa misma noche, me atraparon esos cruces entre leyenda y realidad con los que hemos crecido. Me llenó de imágenes y recuerdos, fue altamente inspirador. El rock es el camino, algo así como el lado salvaje de todas las generaciones. Es desobediencia, la rebeldía necesaria para sobrevivir en este mundo”.
Este año la experiencia de colaborar con el proyecto de otro, se repitió con la edición del disco Suspendida de Fer López Camelo recientemente presentado donde colaboró con el arte. La cantante le propuso plasmar sobre el papel lo que sus letras cuentan y producto de este cruce nació una serie de dibujos donde una mujer flota por mundos caóticos colgada de la luna.  Según Verónica "cuando trabajás para otro está el tiempo como límite, hay que ponerse más metódico para cumplir con las fechas y los formatos. Pero el resto es igual, he tenido la suerte de trabajar con total libertad."
Según Pastuszuk, sus laburos son producto del azar: “Dibujo directamente en tinta sin una idea previa demasiado clara. Improvisar me permite apropiarme de ciertas señales y usarlas a mí favor, una mancha casual me abre la puerta para a seguir el juego por un carril menos pensado y sorprenderme”.
 Originalmente publicado en Diario Diagonales. 01.08.10