jueves, 28 de octubre de 2010
Reacción tardía
Me enteré de la muerte de Néstor a través de una amiga que me llamó a la mañana con la voz entrecortada. No supe bien qué decir, no estuve muy elocuente y creo que en un momento hice un chiste como siempre que algo me pone incómoda. Después corté y me quedé mirando la calle a través de la ventana como si el mundo afuera, ese que me es conocido, ya no existiera.
Algo que se cae de maduro.
Pero por más obvio que suene al escribirlo, en el fondo nos cuesta parar para actuar en consecuencia. Acostumbrados a la inercia de reaccionar ante las barbaridades de la clase política, de acordar en la defensa de lo que no debería ser indiscutible, de tomar reparos para no salpicarnos ante los que caen, muchos argentinos no hicimos acuso de que algo había se había transformado.
La caída de la vieja política, cual dominó, se llevó puesta las estrategias prefabricadas para sobreponernos a esa política. El pueblo argentino que hizo motivo de orgulloso su carácter ingobernable, que exige y dirime sobre los actos de sus gobernantes, se vio en la encrucijada de gobernar sus actos.
Y si algo debemos agradecerle a este Señor, es que nos despejó el terreno a los más jóvenes, para mirar el horizonte y preguntarnos si estamos a la altura de construir una historia propia.
Algo que se cae de maduro.
Pero por más obvio que suene al escribirlo, en el fondo nos cuesta parar para actuar en consecuencia. Acostumbrados a la inercia de reaccionar ante las barbaridades de la clase política, de acordar en la defensa de lo que no debería ser indiscutible, de tomar reparos para no salpicarnos ante los que caen, muchos argentinos no hicimos acuso de que algo había se había transformado.
La caída de la vieja política, cual dominó, se llevó puesta las estrategias prefabricadas para sobreponernos a esa política. El pueblo argentino que hizo motivo de orgulloso su carácter ingobernable, que exige y dirime sobre los actos de sus gobernantes, se vio en la encrucijada de gobernar sus actos.
Y si algo debemos agradecerle a este Señor, es que nos despejó el terreno a los más jóvenes, para mirar el horizonte y preguntarnos si estamos a la altura de construir una historia propia.
lunes, 25 de octubre de 2010
domingo, 10 de octubre de 2010
Entrevista con Rhea Volij
“Esta obra no es sólo personal, uno se mueve con el signo de los tiempos"
Daniela Camezzana / La bailarina Rhea Volij presenta una lectura del mito de Casandra en el Núcleo
Habla Casandra, que se presenta hoy a las 18 en el Centro Cultural El Núcleo (6 Nº420), rescata en el mito a la mujer detrás del mandato de la palabra impuesto por el dios Apolo y, a través de la danza, construye su mundo interior. La obra de la coreógrafa y bailarina Rhea Volij no relata en sí la historia del rechazo al dios Apolo, quien otorga a Casandra el don de la clarividencia y la castiga condenándola a que la gente no crea sus profecías, sino que profundiza en esta situación dada.
Rhea quedó cautivada por las lecturas posteriores que se hicieron del mito y que le permitieron descubrir a la mujer. Según la coreógrafa "rescató de Casandra su felicidad de estar en contacto con los dioses. El viaje de Casandra no está en sí la gente le cree sino en el tránsito que hace para creer en ella misma y empezar a escucharse. La Casandra que yo bailo es una que comienza a interesarse más por escuchar y escucharse a sí misma que por el deber de decir. Esta mujer que es espejo de todo el mundo y donde todo el mundo puede verse. Para mí ese es su don, estar hecha de espejos."
En ese punto Casandra se parece a Rhea que estudió danza Butoh en Francia con Sumako Koseki, entre otros profesores y a lo largo de toda su carrera indagó en esta técnica que propone una imagen del cuerpo sin organización donde todas las partes comienzan a realizar su propia escucha y su propio recorrido. Según la bailarina, más allá de su formación, Habla Casandra es una obra de danza aunque reconoce que "tengo un modo de bailar que indefectiblemente tiene que ver con el butoh. Y es cierto que es una danza que se basa fundamentalmente en escucharse a uno desde una destrucción del sí mismo. Entonces, en ese sentido, la danza butoh es un aprender o reaprender a escuchar esos otros cuerpos y Casandra es muy afín a esa creación de un cuerpo que aprende a escuchar."
Para la composición de este trabajo, Rhea realizó primero un "trabajo de mesa", abocado a sondear sobre el universo poético alrededor de Casandra. Cuenta la coreógrafa: "esta vez escribí mucho. En lo personal soy de componer, en la danza butoh se tiende a improvisar mucho, pero en el caso de mis obras la improvisación es una búsqueda para la selección de material. Los 30 minutos de duración tienen una estructura formal, muy poética con imágenes precisas del mundo de Casandra. Aunque tiene territorios de devenir donde me muevo sin saber exactamente qué movimiento voy a hacer, en general tienen una organización que vienen de mucho trabajo previo".
El eje de la obra está puesto en la escucha, pero de algún modo abarca también la mujer como tema. Según la bailarina no es una decisión completamente consciente pero "sí repaso rápidamente mis trabajos antes de Resplandece, sangre, donde aparece Lady Macbeth, está La Huella de la Espuma que era una mujer hecha de espuma. En realidad es producto de mi gusto por lo literario de donde me aparecen estas mujeres encarnadas. Pero sí, bailo desde lugares que me son muy íntimos y tienen esa especie de encarnadura en devenir mujer que me es muy afín."
Las obras de Rhea Volij como Casandra encuentran en su don, una aparente condena. En ellas es preciso renunciar a la idea de tiempo, relato u otras concepciones de lo que debe suceder en el escenario, para participar de las pequeñas secuencias de movimiento que produce el devenir. En ese sentido, la coreógrafa cuenta que Habla Casandra le deparó una grata sorpresa, "al momento del estreno sabía que Casandra en lo personal me convocaba mucho y sobre todo el modo poco habitual de encararla. En la obra no van a encontrar a una mujer desesperada porque le crean un personaje dramático. Es una mirada completamente diferente sobre Casandra. Pero me llamó mucho la atención que la gente se conmueve hasta las lágrimas y la enorme identificación con ella. Quizás sea una especie de arquetipo que este sonando en estos tiempos, mi recorrido en esta obra no es sólo personal. Uno se está moviendo con el signo de los tiempos. Casandra apareció ahora porque muchos estamos deseando nuevos modos de escucha."
Habla Casandra es una pregunta sobre el valor de la verdad pero también sobre los mitos en los que fundamos nuestras creencias.
Rhea quedó cautivada por las lecturas posteriores que se hicieron del mito y que le permitieron descubrir a la mujer. Según la coreógrafa "rescató de Casandra su felicidad de estar en contacto con los dioses. El viaje de Casandra no está en sí la gente le cree sino en el tránsito que hace para creer en ella misma y empezar a escucharse. La Casandra que yo bailo es una que comienza a interesarse más por escuchar y escucharse a sí misma que por el deber de decir. Esta mujer que es espejo de todo el mundo y donde todo el mundo puede verse. Para mí ese es su don, estar hecha de espejos."
En ese punto Casandra se parece a Rhea que estudió danza Butoh en Francia con Sumako Koseki, entre otros profesores y a lo largo de toda su carrera indagó en esta técnica que propone una imagen del cuerpo sin organización donde todas las partes comienzan a realizar su propia escucha y su propio recorrido. Según la bailarina, más allá de su formación, Habla Casandra es una obra de danza aunque reconoce que "tengo un modo de bailar que indefectiblemente tiene que ver con el butoh. Y es cierto que es una danza que se basa fundamentalmente en escucharse a uno desde una destrucción del sí mismo. Entonces, en ese sentido, la danza butoh es un aprender o reaprender a escuchar esos otros cuerpos y Casandra es muy afín a esa creación de un cuerpo que aprende a escuchar."
Para la composición de este trabajo, Rhea realizó primero un "trabajo de mesa", abocado a sondear sobre el universo poético alrededor de Casandra. Cuenta la coreógrafa: "esta vez escribí mucho. En lo personal soy de componer, en la danza butoh se tiende a improvisar mucho, pero en el caso de mis obras la improvisación es una búsqueda para la selección de material. Los 30 minutos de duración tienen una estructura formal, muy poética con imágenes precisas del mundo de Casandra. Aunque tiene territorios de devenir donde me muevo sin saber exactamente qué movimiento voy a hacer, en general tienen una organización que vienen de mucho trabajo previo".
El eje de la obra está puesto en la escucha, pero de algún modo abarca también la mujer como tema. Según la bailarina no es una decisión completamente consciente pero "sí repaso rápidamente mis trabajos antes de Resplandece, sangre, donde aparece Lady Macbeth, está La Huella de la Espuma que era una mujer hecha de espuma. En realidad es producto de mi gusto por lo literario de donde me aparecen estas mujeres encarnadas. Pero sí, bailo desde lugares que me son muy íntimos y tienen esa especie de encarnadura en devenir mujer que me es muy afín."
Las obras de Rhea Volij como Casandra encuentran en su don, una aparente condena. En ellas es preciso renunciar a la idea de tiempo, relato u otras concepciones de lo que debe suceder en el escenario, para participar de las pequeñas secuencias de movimiento que produce el devenir. En ese sentido, la coreógrafa cuenta que Habla Casandra le deparó una grata sorpresa, "al momento del estreno sabía que Casandra en lo personal me convocaba mucho y sobre todo el modo poco habitual de encararla. En la obra no van a encontrar a una mujer desesperada porque le crean un personaje dramático. Es una mirada completamente diferente sobre Casandra. Pero me llamó mucho la atención que la gente se conmueve hasta las lágrimas y la enorme identificación con ella. Quizás sea una especie de arquetipo que este sonando en estos tiempos, mi recorrido en esta obra no es sólo personal. Uno se está moviendo con el signo de los tiempos. Casandra apareció ahora porque muchos estamos deseando nuevos modos de escucha."
Habla Casandra es una pregunta sobre el valor de la verdad pero también sobre los mitos en los que fundamos nuestras creencias.
Fotos gentileza de Paula Zacharías.
martes, 5 de octubre de 2010
lunes, 4 de octubre de 2010
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